martes, 20 de febrero de 2024

Estreno mundial en la Berlinale: Memorias de un cuerpo que arde, de Antonella Sudasassi Furniss

Poster de la película,
Memorias de un cuerpo que arde
de Antonella Sudasassi Furniss
 

Ayer por la noche, en el contexto de la Berlinale y en la sección Panorama, tuvo lugar la premiere mundial de la película costarricense en coproducción con España “Memorias de un cuerpo que arde” de Antonella Sudasassi Furniss. El cine estaba a reventar en la gran sala de Haus der Festspiele, en Charlottenburg.

La película, como dijo la directora después de la proyección, es el trabajo de un gran equipo y alrededor de cinco años de producción. La historia de la película, basada en historias reales de varias mujeres adultas mayores con las que Antonella estuvo hablando durante dos años sobre sus vidas en general, pero sobre la sexualidad en particular, es una conversación que la directora no pudo tener con ninguna de sus abuelas.

De todas esas voces, se creó un personaje y una historia ficcional-documental, representada por Sol Carballo en su rol de adulta mayor. Es sorprendente cómo, con ingeniosos juegos de cámara, un trabajo de dirección de arte y la actuación, nos logran sumergir en un tiempo en el que se suceden los recuerdos y el presente al mismo tiempo, como suele suceder con nuestros pensamientos o la evocación de momentos pasados en la memoria.


Antonella Sudasassi Furniss y parte de su crew
de Memorias de un cuerpo que arde
Foto ©Maria Rapela


La filmación logra, en el espacio limitado de una casa de habitación típica de la urbe de San José, contar de todo sin necesidad de salir de la locación y complicarse la vida en locaciones al aire libre. Todo un aprovechamiento de los recursos y del espacio. Para esto, la directora agradeció al director de fotografía (Andrés Campos), al editor (Bernat Aragonés) y a la directora de arte (Patricia Alvarado), así como al resto del equipo.

El género es drama, pero también hay momentos muy divertidos, sobre todo por la forma en que las mujeres cuentan sus historias. La historia nos mete en un mundo onírico, donde los recuerdos se mezclan con el presente. Diría que es apta para un público adulto.

Esta película logra contar una historia y la de muchas mujeres, quizás el reflejo de la historia de muchas abuelas o madres del SXX-SXXI, que les tocó vivir en una sociedad machista, con tradiciones que se han estado repetiendo sin cuestionamientos.


Antonella Sudasassi Furniss y parte de su crew 
de Memorias de un cuerpo que arde Foto ©Maria Rapela


La sección panorama no es una sección en competición del jurado, sino que el público elige su película favorita y se otorga el premio del público. Esta sección se dedica a temas políticos, queer, feministas, entre otros.

La película será presentada varios días más durante la Berlinale (martes 20, miércoles 21, viernes 23 y sábado 24 de febrero). Recomiendo ver directamente el programa y comprar los tiquetes online.


Actualización. Esta película ganó el premio del publico de la Berlinale 2024 en ficción.


lunes, 15 de enero de 2024

Arte y plantas, mi nueva serie de Sansevierias

Foto: ©Maria Rapela 


Te gustan las plantas y eres coleccionista de arte y plantas, o arte relacionado con las plantas. Te presento mi nueva serie de sansevierias, es una serie que empecé el año 2023 y que seguiré trabajando este 2024, hasta que sienta que haya terminado esta fase de investigación y producción.

Lo que me inspiró en esta serie fueron una serie de variadas razones, que he ido entendiendo a lo largo del proceso. Primero tuve una necesidad de hacer algo relacionado con la exploración del color verde y la idea de «plantas». Aún no había definido qué iba a pintar exactamente. Luego decidí, que podría empezar con la planta sansevieria, que tiene unas formas abstractas muy interesantes y tenía un ejemplar en mi casa. Con esa idea y ese motivo empecé la serie. Luego conforme iba avanzando, fui entendiendo otras cosas.


Por un lado me di cuenta de que había tardado mucho tiempo en sentir que mi casa era mi hogar, y por lo tanto tardé muchos años en tratar de hacer que esta se viera linda, habitable y agradable. Cuando decidí comprar algunas plantas para hacer de mi casa un lugar más atractivo -durante el período de la pandemia- fue un paso para sentirme mejor en mi espacio.


Por otro lado, tener plantas en la casa, significó para mí cuidar, regar, observar, tener una regularidad, un cuidado, una preocupación por otros seres, que están a tu cargo y que hacen tu casa un lugar más agradable. No es una mascota, no es un hijo, es una planta.


No inicié esta serie por un interés meramente técnico o científico, de arte y botánica, porque eso sería mentir. Mis capacidades técnicas en dibujo no son para nada realistas, ni podría hacer ilustraciones realistas. Mi pintura tiene una base neofigurativa abstracta. Mi formación se enfocó en la exploración e investigación de formas, en la búsqueda de trazos y colores que se expresen a través de la materia. Así que esto es lo más «realista» que he pintado en mucho tiempo.


©Maria Rapela / ©VG Bild

Mi interés surge desde otro lugar, desde querer explorar lo que las plantas significan para mí, en este período de mi vida. Entender las dinámicas que han hecho que las plantas formen parte de mi vida. Tampoco es que me haya convertido en una coleccionista fanática de las plantas. No es eso tampoco, no es una obsesión o una locura. No tengo el espacio suficiente para tener muchas plantas.


Por otro lado, también en algún momento cuando fui a visitar a mi familia en Costa Rica, me di cuenta de que en cada casa que iba o lugar que iba, había plantas muy lindas. Varios amigos y amigas me regalaron hijos de sus plantas, en algunos lugares simplemente agarré un par de hojitas o raíces. Un día fui a la finca de mi padre y él también me regaló varias plantas, que después llevé a la casa de mi mamá. Mi madre tiene una casa y un jardín en donde plantarlas. Quería que ella tuviera más variedad de plantas en su jardín, que pudiera disfrutar de la belleza de las diferentes hojas, formas, colores, texturas. El mundo está lleno de variedad y diversidad de plantas.


Quería darle cosas lindas, porque vivo en el extranjero y no estoy ahí todo el año. Quiero que su jardín y su casa se vean bonitos y que luego me cuente por teléfono cómo van creciendo las plantas que plantamos juntas. Es como tener un proyecto en conjunto, a la distancia.


Esas han sido algunas de las motivaciones, pero luego está también la parte pictórica. Nunca me había lanzado a explorar los colores verdes de manera intensiva. Por otro lado, pintar un motivo de manera repetitiva me dio un poco de paz, ya que ponía en pausa la “no exploración” de formas nuevas y estructuras, para concentrarme en los colores y las miles de combinaciones posibles.


©Maria Rapela / VG Bild

Como artista no realista, me vi enfrentada a que tenía que esforzarme de manera especial en lograr que hubiera también un poco de realismo en la escena, con técnicas tan antiguas como las luces y sombras, a las que estoy tan poco acostumbrada a usar en la pintura. 


Así que ha sido un proceso de explorar ciertos colores, de buscar nuevas combinaciones de colores, de tratar de expresar esta planta en forma abstracta-realista o neofigurativa. Por otro lado le he dado textura y materialidad a la tela. He intentado ser autocrítica y no conformarme con los resultados que aparecen de primera mano. No siempre es fácil dar por terminado un trabajo.


Si te interesa mi trabajo, visita mi web y catálogo online: Mariarapela.com

Estreno mundial en la Berlinale: Memorias de un cuerpo que arde, de Antonella Sudasassi Furniss

Poster de la película, Memorias de un cuerpo que arde de Antonella Sudasassi Furniss   Ayer por la noche, en el contexto de la Berlinale y e...