Hablamos largamente por teléfono y
para ella fué importante saber que yo apoyo su tesis, de que a veces
las situaciones de estrés, demasiado estrés en los migrantes y en la vida en general, en la que intervienen muchos factores, pueden
degenerar en enfermedades, también conocidas como psicosomáticas.
No escribo este texto como médica, ni
como profesional en salud. Pero si como persona con una experiencia
de migración en Alemania y con una formación antropológica que me
hacen quizás más curiosa ante los fenómenos sociales y culturales,
curiosa al conocimiento que encuentro y me propone la vida, como
persona sensible, creativa e intuitiva.
Yo le conté mi experiencia y la de
algunas personas conocidas, que en momentos de alta tensión y
dificultades en el país de acogida sucumbimos ante algún tipo de
enfermedad o padecimiento, justamente en los momentos más difíciles.
En su momento, como a los 2 o 3 años de estar en Alemania, todo me parecía aún difícil, aún no estaba reconciliada con mi nueva vida y tenía muchas dificultades en aceptar que vivía e Alemania, que había dejado toda una vida allá lejos en mi país, que había dejado a mi familia y amigos que tanto quería y que estaba bastante aislada y que el idioma era espantosamente difícil y el clima a veces muy extremo. Mi vida no era la misma y no mostraba signos de ser mejor que la que tenía antes. Tenía y tengo pareja estable, algunas amigas confidentes, que son muy importantes en este proceso de adaptación, tenía trabajos horribles y hasta algunos sueños y espectativas que poco a poco se fueron derrumbando.
Por un lado las cosas en mi familia del otro lado del océano no
andaban muy bien, cada viaje de vuelta era un cúmulo de problemas y
dificultades. Llegué a tener un ataque de pánico no más llegando a
mi apartamento en Berlín.
Luego, tuve unos problemas de salud,
que me hicieron repensar mi situación y en general en
como veía la vida. Recuerdo que inconscientemente y siguiendo mis
intuiciones me dije para mis adentros; si no cambio mi perspectiva de
la vida, si sigo con este negativismo con todo, se va a empeorar mi salud y me
voy a enfermar más. No tenía una enfermedad muy grave, algo más
bien común, pero me preocupé y lo vi como un antes y un después y lo atribuí a mi inestabilidad emocional relacionada a mi nueva vida.
Tuve entonces un cambio interior, digamos un cambio de perspectiva. Me dije para mis adentros: Tenés que aceptar tu nueva vida, tenés que aceptar a Alemania como es, tenés que aceptar el clima tal como es, tenés que aceptar que Berlín es como es, que la gente es diferente, que la cultura y el idioma son diferentes y que es el lugar donde estás ahora, darte cuenta que tu negatividad aleja a las personas, que inconscientemente lo perciben, que hay que mantener siempre viva una pequeña esperanza de que las cosas van a mejorar. Aceptarlo y aceptar que tu vida ha cambiado y que por más que revivás una y otra vez las razones por las que se dió el cambio, y echar una y otra vez atrás para revisar las condiciones que propiciaron ese cambio, no se puede volver atrás. Si se pueden analizar las razones y los porqués de ese cambio y hay que analizarlos profundamente(parte de la terapia). Si se puede contemplar volver a su país, en el caso de que esto sea factible. Pero no se puede volver al pasado.
Para un cambio de actitud en la vida hay que mirar el presente y el futuro y aceptarse hoy y decicir si se desea continuar con esta aventura, de la vida de migrante y de la vida en general!!. Y suena como a new age, pero si, hay que ver la vida con positivismo, o intentar ver la vida con buenas vibras. Hacer un cambio interno, porque de lo contrario uno sabe que a la larga, ese negativismo te va a afectar más la salud y tu cuerpo. Porque está muy estudiado, cuando se vive mucho estrés, angustias, cansancio corporal, mental y demás, las defensas bajan y el cuerpo está más vulnerable a enfermedades de todo tipo. En el psicoanálisis lo llaman fenómeno psicosomático. Y aunque no le sucede solo a las personas en procesos de migración, todos y todas en algunos momentos de la vida vivimos más o mayor estrés, tensión o angustia.
Muchos años después vi varios
programas de Redes para la ciencia sobre la plasticidad del cerebro y me dió muchas luces para entender
como el cerebro es un órgano tan complejo, que a penas hace pocas
décadas se están viendo resultados en las neurociencias.
El cerebro es un músculo y si se
entrena e ''intenta dominar'' y entrenar un poco, puede generar algunos cambios
inmediatos en la vida cotidiana. Y ahí creo que hay algunas
explicaciones a muchas cosas cosas que suceden en la vida y que no
sabemos el orígen. Ser migrante genera que muchas conexiones nuevas
que se generen en el cerebro y esto resulta que se tiene que hacer mucho más
esfuerzo del normal para adaptarse a las nuevas condiciones, el nuevo contexto y eso enriquece el cerebro, pero por momentos quizás lo sobreestimula demasiado. Y por
otro lado si trabajamos para que el cerebro haga conexiones nuevas,
''ver la vida con optimismo, esperanza y demás'' hace que podamos
cambiar las conexiones y surcos neuronales.
Creo que si se
analiza y se siguen las intuiciones que el cuerpo y la mente nos dan,
podemos llegar a conclusiones de que ''creer es poder.'' Si queremos
cambiar y generer nuevas conexiones neuronales, hay que ejercitar el
cerebro para que haga nuevas conexiones ''positivas'' sobre nuestra
vida, entorno, situación y demás. Es un tema complejo que podría
seguir analizando, pero tampoco quiero alargarlo mucho. Les
recomiendo que vean algunos de los programas de redes para la ciencia y por otro lado
que intenten ver y hacer una balanza de los nuevos retos de ser
migrantes y de lo que tenían antes, tienen ahora y lo que podrían
construir en el nuevo país o lugar de acogida. Comprender que nada se construye en un año y que requiere tiempo armar una nueva vida.
Por otra parte, ser
proactivos y tratar de involucrarse en actividades con otras
personas, desarrollar la creatividad de alguna manera, el análisis,
deporte, salir, bailar, leer, ver cine, construir amistades
y redes para no sentirse tan aislado/a. La migración es un proceso y
aunque al inicio es difícil, con el tiempo se logra construir una
nueva vida, nuevas relaciones y la perspectiva del mundo no volverá a ser la misma. Nunca
tendremos eso que perdimos, pero hay que aceptar que nuestra vida
tomó un rumbo diferente y que eso es parte de lo que somos ahora. Y que si es posible, siempre se podrá volver atrás(al país de orígen), si bien nunca será lo mismo, ya que llevaremos un nuevo bagaje de experiencias que nos harán ver todo con una
nueva mirada.
Y está la opción de quedarse y luchar, pero no será una lucha fácil y por eso, creo que hay que armarse de valor y coraje para enfrentar la experiencia con sabiduría y no dejar que nos afecte física y mentalmente, ya que las condiciones de los migrantes según sea su situación migratoria(papeles, legalidad e ilegalidad) influye mucho en las posibilidades, opciones y demás que existen en el lugar de acogida.
Por mi parte creo que a mi me ayudó mi posicionamiento ''positivo'' ante la vida para salir de la situación. Si bien no solo los migrantes se enferman y si bien ahora estoy más adaptada, después de 8 años!!!, no significa que la vida no siga poniendo nuevos retos, problemas y situaciones a las cuales adaptarse y haya que llenarse nuevamente de coraje. Se entra en una nueva normalidad y ahí se enfrentan nuevos retos y disyuntivas para mejorar la vida, nuevos procesos a enfrentar.
Si te parece que este artículo te dice algo o te sentís identificado, has vivido una experiencia similar, sería enriquecedor si dejás un comentario, ya que ayudaría quizás a otros migrantes a ver su experiencia como algo colectivo y no individual, y como algo que puede cambiar y mejorar.
Fotos: ©Daniele Vidoni. Prohibido el uso, la reproducción parcial o total sin previo consentimiento.
Links de interés: La migración puede causar enfermedades psíquicas