Mara Mahía, Foto: ©Maria Rapela |
Hace unos días terminé el tercer libro de la saga de Mara Mahía, una escritora española que vive en Berlín y a la que he tenido el placer de fotografiar para mi serie de artistas en Berlín. En los últimos años, Mara se ha dedicado contra viento y marea a escribir la llamada Saga antifascista, compuesta por los libros Secretos, La dueña del Plaza y Fragmentos, el último y más reciente, que salió al mercado en septiembre de 2023. Los tres libros han sido editados por la editorial Dieciséis.
Contextualización
Todos los libros se relacionan de alguna manera con la historia de una familia y de un pueblo gallego, desde los tiempos de la guerra civil (1936-1939) y la dictadura de Franco (1939-1975) hasta la actualidad. Los tres libros relatan cómo las distintas generaciones de personajes han tenido que lidiar con esa historia fascista, tan reciente y tan poco resuelta. Según datos del Ministerio de Justicia Español en 2011, hay más de 4000 fosas comunes y más de 100 000 desaparecidos que no fueron enterrados según marca la tradición ni han sido identificados. El Estado no ayuda mucho a los familiares en esta labor de identificación. Este período de terror de Estado sigue siendo un tema tabú en una sociedad polarizada. Las nuevas generaciones son las encargadas de desempolvar una historia de la que son herederas y de la que hay más preguntas que respuestas. De eso habla Mara en su serie antifascista: se hace cargo de un pasado común a toda una sociedad que vive entre secretos y silencios, que no quiere hablar directamente de lo que ha pasado, porque aún no sabe qué hacer con todo aquello.
Con Secretos, descubrimos el contexto familiar y el del personaje de la narradora, que vive en Nueva York. Sabemos que hay una niña que murió en la familia, que fue enterrada en una fosa común, pero de la que nadie habla claramente. Hay muchos secretos en la familia y nadie habla abiertamente de lo que pasó. También sabemos que hay una tía de la narradora, la tía Leonor, que se fue a Nueva York y de la que nunca más se supo nada.
Con La dueña del Plaza, tenemos una perspectiva del siglo XX desde la mirada de Rosalinda Mur Rodríguez, la barista del pueblo y centro de reuniones de todos los bandos. Desde ese lugar, Rosalinda observa y nos cuenta su relato: los personajes e historias insólitas de un pueblo que son el reflejo de lo que también ocurría en muchos lugares de España. En este libro también descubrimos que las cartas de la tía Leonor habían sido recibidas, pero que nunca más se supo de ella. Se la borró de la faz de la tierra y de la historia de la familia.
Portada del libro fragmentos, Maria Mahía, Editorial Dieci6 |
Fragmentos
Con el tercer libro, Fragmentos, del que quiero hablar aquí y que es el que más me ha gustado de los tres, habla desde un presente más contemporáneo, menos centrado en la historia fascista española y más en la de la narradora que vive en Nueva York, que busca los rastros de su tía Leonor, los lugares en los que trabajó, por donde se movió, encontrando a su paso pocos recursos o pistas para llegar a ella.
Su pecado había sido enamorarse y quedar embarazada con 15 o 16 años de uno de los hijos de las familias más fascistas del pueblo. La razón de sacarla del pueblo y de España era una cuestión de vida o muerte, hasta el punto de borrarla completamente de la memoria de la familia. Pero la narradora no se rinde y quiere investigar todos esos secretos familiares y sociales de los que nadie quiere hablar.
A su vez, la narradora nos cuenta sobre su vida en la gran ciudad, sus aventuras amorosas lesbianas y el enamoramiento con una mujer que le robaría el corazón (alerta spoiler), pero que luego el atentado de las torres gemelas le arrebataría.
De esa manera, también nos vemos inmersas en una historia de amor quebrantada por un hecho histórico reciente (el 11 de septiembre de 2001), por el cúmulo de acontecimientos que hace que todo salga mal en un día en el que todo podría haber salido bien. Para quienes vimos esas imágenes en directo desde la televisión, el relato de Mara Mahía, que vivió estos acontecimientos que paralizaron al mundo en directo, es sin duda alguna uno de los puntos fuertes, y se nota la investigación y la labor periodística de la autora, así como su capacidad para adentrarnos en uno de los episodios más espeluznantes de los Estados Unidos en las últimas décadas.
También, como parte de la investigación que lleva la narradora en busca de su tía Leonor, desaparecida en Nueva York, nos hace finalmente leer algunas de las cartas de la tía y también nos hace viajar en el tiempo al mundo de una de las mejores amigas de su tía, una irlandesa que llegó más o menos en la misma época en busca de un hijo que le raptaron las hermanas magdalenas, conocidas por las horribles condiciones en las que tenían a mujeres jóvenes, para quienes su pecado era haber quedado embarazadas en una sociedad ultra-católica y conservadora, y donde era mejor extirpar y alejar a la pecadora y encerrarlas con las Magdalenas, donde eran tratadas como esclavas, explotadas laboralmente y excluidas de prácticamente todos sus derechos. Además de eso, vendían y comerciaban con los hijos de estas pobres jóvenes mujeres.
Recomiendo el tercer libro, que se puede leer de forma independiente muy bien, aunque para entender mejor la historia y el contexto quizás valga la pena leer los dos primeros.