Mi amiga R dice que lo mejor que pueden hacer los artistas o los aspirantes a artistas, es deshacerse de todas sus espectativas, pretensiones, de todas sus falsas construcciones de sus sueños y metas, olvidarse de que pueden llegar a vivir de eso y simplemente trabajar y disfrutarlo como un buen hobbie. Dice que por alguna razón los artistas o los aspirantes a artistas tienen en general una deformación básica, que no es culpa de ellos, sino de la sociedad y de su entorno cercano.
Por un lado la sociedad actual tiene un legado cultural muy vasto, y promociona a los artistas como si fueran seres de otra galaxia, seres extraterrenales y casi heroicos. Se ubica al arte en un terreno casi celestial y por eso para muchos, al inicio, la admiración que produce una determinada obra o un determinado artista, produce la sensación de que no lo ha producido un ser común y silvestre, cuando los artistas son simplemente personas con algún talento, que se esfuerzan, trabajan, como cualquier otro profesional en su ramo. Pero la idealización del artista, le ha hecho daño a los otros que también quieren ser artistas.
Por otro lado la situación de desamparo en la que se encuentran muchos artistas y aspirantes a artistas los obliga a pensar y a organizarse como pequeños empresarios, donde tienen no solo que producir la obra, sino promover su divulgación, exponerla, generar contactos, concursos, participar aquí y allá para darse a conocer offline así como online. Suena lógico, si no lo hace el propio artista, quien más lo va a hacer, el que no muestra no vende dice el dicho popular, simplemente se ve inmerso en la dinámica de la competitividad y en el hacer valer sus recursos y conocimientos, destrezas en lo social, cultural y tecnológico para imponerse, para imponer su trabajo, para imponer su producto, como lo haría cualquier empresa que está iniciando a crear su mercado. Es algo animalezco, suena casi a lucha darwinista, a luchas de artistas betas y alfas por ser artistas alfas.
De esta manera dentro de todos los proyectos de vida posibles que los jóvenes tienen para escoger cuando escogen carrera o cuando van a estudiar y profesionalizarse, cuando se toman desiciones ''importantes'', pocas veces se hace mención de las dificultades que conlleva esta vida, no se toma en cuenta que no solo hay que tener talento, sino que hay que tener mucho de emprendedor!!. Muchos padres saben lo difícil de este camino y llegan hasta prohibir o desalentar esta veta creativa, o aconsejan llevar una doble vida, con una profesión que tenga más salida laboral, pero otros alientan la vocación de los hijos, sin saber que lo que les espera es estrellarse contra los muros. Por otro lado hay muchas personas que empiezan con esto como un hobbie y quieren llevarlo a otros niveles, lo cual es muy común. Otros van por un camino intermedio, en el cual puedan ser creativos, pero sumergirse fácilmente en el mundo laboral, como el diseño gráfico, la ilustración, decoración, escenografía, animación y otras especializaciones que tienen su salida profesional y para el cual hay ''puestos de trabajo asalariados''.
Le digo a R, pero para muchos, ser artista es una vocación, es una necesidad que trae mucha gente y que desean y necesitan llevarla hasta sus últimas consecuencias, o al menos probar, ver hasta donde llegan sus límites y hasta donde es aceptado y reconocido el trabajo realizado.Y hasta donde es posible seguir luchando. Eso si, es muy diferente el trabajo creativo al servicio de otros, que al servicio del arte mismo, del arte por el arte.
R me dice que si, que es un vocación para muchos, pero claramente con un camino tortuoso, principalmente cuando es el arte por el arte y cuando además se pretende poder vivir de eso. No es tortuoso para los niños, ni las personas que lo practican por hobby o por terapia o las personas que tienen mucho dinero y no necesitan vender para vivir y se entretienen de lo lindo y en muchos casos, al no tener ninguna presión y mucho tiempo libre, desarrollan obras muy buenas.
En cambio para los artistas soñadores y muertos de hambre que pretenden vivir del arte, cuando se dan cuenta que son unos inadaptados en esta sociedad, que no hay un lugar claro para los artistas, que no hay un empleo de artista, que no producen nada que la gente en realidad necesite, que nadie o pocos invierten en arte para su gozo particular o su fetichismo, entonces muchos artistas llenos de ideas y sueños y pretensiones que de alguna manera habían creado un "ideal" de la vida del artista y hasta una especie de "identidad"social, personal, profesional, con jerga y todo, se dan cuenta, que además de estar luchando para sobrevivir económica y psicológicamente en esta sociedad, tienen que luchar consigo mismos para creer en su idealizado proyecto de vida, que muchas veces no tiene ni pies ni cabeza y que en otros casos si lo tiene y por las dificultades muchos talentos se pierden en el camino. Están caminando en círculos con los ojos tapados, sin rumbo, con sus pinceles en la mano y con los bolsillos vacíos, acumulando obra que se empolva, con inversiones y pérdidas monetarias más que ganancias y claro la experiencia y el recorrido y la satisfacción de haber muerto en el intento, esa no se lo quita nadie. Las estadisticas hablan por si solas, si acaso de un 2% a 5% de los artistas logran vivir de su trabajo.
Entonces le comento a R, sobre una película preciosa que vi hace un tiempo, de un director que me gusta mucho Aki Kaurismaki, que siempre trata el tema de los desampardos, desgraciados, los marginados, los que no logran adaptarse o sobrevivir en este mundo siniestro, pero que siempre lo hacen con dignidad y poesia. Se llama La vida de Bohemia. que muestra las aventuras y desventuras de tres amigos artistas en un Paris de los años 70´s. Quizás esta película muestra que a pesar de vivir muchas dificultades, lo que llena a las personas son esos cuentos que se interiorizan, vivir con una fantasía, querer a las personas y construir amistades y redes de solidaridad, las historias que se generan en el camino son mas importantes y no tanto el fin, porque el fin bien sabido es un destino desventurado y hasta trágico. Como dice la puerta de entrada al infierno de Dante: "abandonad la esperanza si entras aquí".
No es sorprendente que tantas personas se encuentren a gusto en las artes, en las muchas disciplinas que hay, si bien aquí hablamos fundamentalmente de las artes plásticas. Y no es para menos, el dibujo y la pintura es uno de los lenguajes universales más antiguos que se conocen. La psicología del desarrollo infantil y juvenil recomienda, incluye y promueve en la mayoría de los casos la enseñanza de las artes para desarrollar la inteligencia de los niños y niñas, pues aprenden a desarrollar sus capacidades motoras, experimentar con los colores, las formas, los espacios, los materiales, donde expresan sus realidades y visiones y descubren lo que es importante para ellos y ellas.
¿Por qué algunos niños y adolescentes y adultos desean seguir jugando y profundizando en ese juego?, a mi parecer porque es una manera de explorar el mundo y a si mismos, es una forma de investigar, profundizar y expresar sensaciones e ideas, es una forma sensata de vivir este mundo y pasar el tiempo. Es algo muy bonito en si mismo y esencialmente no le hace daño a nadie. Inicialmente se realiza sin pretensiones, solo hay juego y desarrollo e investigación de por medio, pero hay un momento en que se empiezan a cristalizar las pretensiones profesionales de los jóvenes y no tan jóvenes artistas y hay que determinar bien como y porqué se cristalizan esas pretensiones. Alguien alienta a proseguir, a profundizar a seguir ese camino. Y hay un momento en el que se visualiza a las bellas artes como una salida, como un proyecto de vida viable, tanto por el placer que da como por la posible remuneración. Pues podría ser que por el placer que produce, se está dispuesto como cuando se está enamorado a realizar cualquier cosa con tal de llevarlo a cabo. Me parece que es una especie de enamoramiento de si mismo y del placer de crear, de hacer algo que devuelve una imagen positiva de si mismo y una mitología algo adornada de la idea que conlleva el ser artista en la sociedad. En una sociedad fundamentalmente basada en la violencia, las relaciones de poder y la economía capitalista y de consumo, pareciera ser que tiene una atracción el ser ''sensible'', ''único'', ''profundo'' o 'creativo'.
Lo cierto es que hay un algo que hace que muchas personas, encuentren en este juego visual de la pintura, de la manualidad, del dibujo, de ensuciarse, de mezclar los colores, de crear formas, expresarse, etc, un algo que las llena mucho y es altamente recomendable y saludable. Pero tal vez haya que aprender a diferenciar entre el juego, el hobby, la recreación, la terapia, como muchas otras prácticas que nos pueden dar mucha satisfacción (deportes, yoga, meditación cocina, filosofía, idiomas, montañismo, movimientos políticos o ciudadanos) y la profesionalización, la verdadera profundización en la obra, y así evitar decepciones ante la creación de espectativas, donde no las debería de haber. Es decir saber distinguir cual es el nivel que tenemos y que podemos alcanzar, y ser autocríticos, reconocer nuestros límites para saber si el nivel que tenemos nos permite entrar en el juego mas serio que es vivir de lo que hacemos o de lograr crear ''Arte''.
En el momento en el que se cree que todo lo que se hace se convertirá algún día en dinero, tal vez muchos se hayan equivocado
de carrera desde el inicio. Por otro lado cuando se escucha hablar de
algunas transacciones de subastas sobre los precios de algunas obras, la
gente debe de creer que así pasará algún día con su obra y ojalá antes
de que mueran. ¿Como se crea y genera y difunde e internaliza este mito?
Pues son todos esos agentes, galeristas, curadores, críticos y compradores que hacen del arte un negocio y lo utilizan
para crear valores, inflando nombres y carreras
a gusto y capricho, fomentando una pugna de oferta y demanda. Es el mundo del arte, un campo complejo como cualquier otro.
R me dice que por otro lado hay una enorme cantidad de
escuelas y universidades de arte, centros y museos y profesores que no
le hablan claramente de la problemática a los alumnos o aspirantes a
artistas, sino que los lanzan como pollos al matadero. Cada uno hace lo
que puede con las heramientas que tiene a su alcance, ya que los profes si están ahí es porque tampoco entendieron la dinámica del mercado del arte y por lo tanto si les hubiera ido bien como artistas no estarían dando clases, por consiguiente tienen que mantener el status quo, ya que
de lo contrario se quedarían sin sus puestos de trabajo.
Yo le digo a R, que en otras áreas profesionales es muy clara la diferenciación, para poner un ejemplo sencillo, en el fútbol los valores son la juventud, la astucia, la velocidad, los pases, los goles, etc. Los señores que se reúnen a jugar fútbol los sábados por la tarde, saben muy bien que ellos no jugarán nunca en un gran club y que si juegan lo hacen por diversión, por mantenerse en forma, por compartir con los amigos, por eso no tienen un gran público que los vaya a ver y los aplauda, juegan porque es para un disfirute de ellos y de nadie mas. Los fanáticos del fútbol pagarán para ir a ver a jugadores profesionales, a su club, a estrellas del fútbol.
R, que cierra con su idea inicial, me dice que los que crean en el fondo necesitan tener una esperanza, una esperanza muy oculta, la de ser descubiertos algún día y ser reconocidos por su trabajo, poder vivir de lo que les gusta, pero muchos no se pueden contentar simplemente con crear o reproducir un algo que ellos creen que es arte, porque el artista y los aspirantes a artistas siempre necesitan mostrar lo que han hecho, necesitan comunicación y retroalimentación. Sin ese juego de comunicación y reacción, muchos artistas y aspirantes a artistas, como todas las personas que buscan comunicarse, se sienten algo desoladas ya que sienten que no se completó el ciclo. Otros en cambio, les da igual si su trabajo es visto, aceptado o reconocido, se realizan en el mismo trabajo y luego pasan a otra cosa.