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jueves, 6 de noviembre de 2014

Discusiones sobre el arte y los artistas con mi amiga R. (I)



El otro día invité a R a una exposición de una amiga, en realidad era una exposición colectiva.  R a la que invité para que me acompañara, anda un poco alterada últimamente, me contestó de mala gana, si bien ya la conozco bastante y no me sorprende para nada su respuesta. Sin embargo, quería reproducir más o menos el diálogo que tuvimos y las cosas que pensé después, porque creo que a veces siento cosas parecidas o cosas que ya he pensado o que son para mi ya resueltas y sin importancia, pero no por eso dejan de ser interesantes.

La cosa es que mi amiga R me dijo algo así:
-Nooooo, por favor otra exposición colectiva en un salonsucho de arte de 4ta con artistillas de 5ta y galeristas de 6ta, que no tienen vergüenza en exponerles a los otros las mierdas que hacen. Ya estoy cansada, sabes, de gente que se cree artista en esta ciudad y no tienen ni un poco de pudor o autocrítica para exponer sus trabajos. En realidad a veces creo que Berlin, más que llena de artistas está llena de aristastros de poca monta, de amateurs, que nadie les ha querido decir en la cara que sus trabajos no emocionan un carajo.
Eso es algo suave, en comparación con lo que me contestó.

Yo le dije,
-Ufaaa, bueeeeeeno, pero vamos a acompañar a T y nos tomamos unos vinos. Va a estar lindo.

-No, noooo, es que ni para eso sirven las exposiciones aquí, si al menos te dieran el vino gratis y la comida gratis, pero para colmos de que te invitan a ver una mierda, tenés que comprar la cerveza o el vino. Estoy cansada de mantener galerías que no invierten un centavo en los artistas y que más bien son los artistas y los amigos de los artistas los que subvencionan las galerías con sus borracheras.

En este punto, quizás tiene algo de razón, ya que aquí no hay casi exposición o inauguración en la que no te vendan las bebidas, algo que al inicio me pareció algo vergonzoso o al menos extraño, pues al menos de donde vengo, las inauguraciones se puede decir que son bacanales, se tira la casa por la ventana, es un derroche de comida y vino, es una fiesta del arte y de la vida. Y bueno si la exposición estaba mala, al menos salva la comida y el vino. Incluso durante una época uno podía armar el circuito de la noche y pasarsela muy bien entre exposiciones y vinos. Incluso habían personas desamparadas que también conocían la dinámica de las exposiciones y era normal encontrárselos continuamente en las mismas Inauguraciones. Claro hay que aclarar, que allá la mayor cantidad de exposiciones no eran organizadas por galerías privadas o iniciativas privadas, sino en su mayoría por centros culturales con un presupuesto anual. Algunas galerías también tiraban la casa por la ventana con alguna inauguración y si no se encargaba la galería, el artista invertía en eso. La mayor sorpresa para mi al llegar aquí, fue encontrarme con esa especie de mundo y submundo de las exposiciones donde no existía ese ritual de la Inauguración asociado con el bacanal de comida y vino y eso se debe a que muchas de las iniciativas son privadas y la mayoría vive o sobrevive a penas para pagar el alquiler, y el alquiler se paga claramente con las bebidas. Ahh, y algunas galerías se supone que también  venden obras.

El asunto es que R finalmente me dijo que no iba a poder ir a la exposición y yo caí enferma para ese día, por lo que tampoco pude ir. Mi amiga T la que exponía me contó que estuvo bien, pero que no había llegado mucha gente, solo una amiga de los que invitó porque todos estaban o enfermos o fuera de la ciudad o no podían llegar por la huelga de transportes y que estaban mas que todo los amigos de los otros artistas. Que habían tenido que comprar lámparas extras entre todos para iluminar la sala, porque era muy oscura, que estaban algo enojados porque las etiquetas estaban escritas a mano y que alguien había llevado unas flores hediondas y que le había dado alergia y se había pasado estornudando toda la noche y que entonces se pasó la mayor parte de la noche afuera, hasta que al final decidieron botar las flores. Que nadie había vendido, pero que la gente tomó fotos de las obras y fotos con las artistas para ponerlas en facebook, al estilo, selfie con amiga artista. Estaba contenta, pero a la vez algo decepcionada, ella pensaba vender, y le dije, ''que ingenua". Me dijo que le había quedado un mal sabor en la boca y yo le dije. Bienvenida a Berlin. Pero luego pensé que seguramente era por la alergia a las flores. Ella con optimismo me dijo, por algún lado se empieza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi de cruel es la vida para el que aspira a artista. Yo todavia pensando que puedo llegar a artista, con mis casi 40 años a cuestas. Uno se da cuenta de que ha sido la victima de una broma cruel que uno mismo se jugo.

Maria Rapela dijo...

Gracias por pasar y comentar, si definitivamente es un camino difícil, pero hay que valorar las cosas buenas y las malas que trae la experiencia en si....

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