El otro día invité a R a una
exposición de una amiga, en realidad era una exposición
colectiva. R a la que invité para que me acompañara, anda un poco
alterada últimamente, me contestó de mala gana, si bien ya la
conozco bastante y no me sorprende para nada su respuesta. Sin
embargo, quería reproducir más o menos el diálogo que tuvimos y las
cosas que pensé después, porque creo que a veces siento cosas
parecidas o cosas que ya he pensado o que son para mi ya resueltas y sin importancia, pero no por eso dejan de ser
interesantes.
La cosa es que mi amiga R me dijo algo
así:
-Nooooo, por favor otra exposición
colectiva en un salonsucho de arte de 4ta con artistillas de 5ta y galeristas de 6ta, que no
tienen vergüenza en exponerles a los otros las mierdas que hacen. Ya
estoy cansada, sabes, de gente que se cree artista en esta ciudad y
no tienen ni un poco de pudor o autocrítica para exponer sus
trabajos. En realidad a veces creo que Berlin, más que llena de
artistas está llena de aristastros de poca monta, de amateurs, que nadie les ha
querido decir en la cara que sus trabajos no emocionan un carajo.
Eso es algo suave, en comparación con
lo que me contestó.
Yo le dije,
-Ufaaa, bueeeeeeno, pero vamos a acompañar a
T y nos tomamos unos vinos. Va a estar lindo.
-No, noooo, es que ni para eso sirven las
exposiciones aquí, si al menos te dieran el vino gratis y la comida
gratis, pero para colmos de que te invitan a ver una mierda, tenés
que comprar la cerveza o el vino. Estoy cansada de mantener galerías
que no invierten un centavo en los artistas y que más bien son los
artistas y los amigos de los artistas los que subvencionan las
galerías con sus borracheras.
En este punto, quizás tiene algo de
razón, ya que aquí no hay casi exposición o inauguración en la
que no te vendan las bebidas, algo que al inicio me pareció algo
vergonzoso o al menos extraño, pues al menos de donde vengo, las
inauguraciones se puede decir que son bacanales, se tira la casa por
la ventana, es un derroche de comida y vino, es una fiesta del arte y
de la vida. Y bueno si la exposición estaba mala, al menos salva la comida y el vino. Incluso durante una época uno podía armar el circuito
de la noche y pasarsela muy bien entre exposiciones y vinos. Incluso
habían personas desamparadas que también conocían la dinámica de
las exposiciones y era normal encontrárselos continuamente en las
mismas Inauguraciones. Claro hay que aclarar, que allá la mayor
cantidad de exposiciones no eran organizadas por galerías privadas o
iniciativas privadas, sino en su mayoría por centros culturales con
un presupuesto anual. Algunas galerías también tiraban la casa por
la ventana con alguna inauguración y si no se encargaba la galería, el artista invertía en eso. La mayor sorpresa para mi al
llegar aquí, fue encontrarme con esa especie de mundo y submundo de
las exposiciones donde no existía ese ritual de la Inauguración
asociado con el bacanal de comida y vino y eso se debe a que muchas
de las iniciativas son privadas y la mayoría vive o sobrevive a
penas para pagar el alquiler, y el alquiler se paga claramente con
las bebidas. Ahh, y algunas galerías se supone que también venden obras.
El asunto es que R finalmente me dijo
que no iba a poder ir a la exposición y yo caí enferma para ese
día, por lo que tampoco pude ir. Mi amiga T la que exponía me contó
que estuvo bien, pero que no había llegado mucha gente, solo una amiga de los que invitó porque todos estaban o enfermos o fuera de la ciudad o no podían llegar por la huelga de transportes y que estaban mas que todo
los amigos de los otros artistas. Que habían tenido que comprar lámparas
extras entre todos para iluminar la sala, porque era muy oscura, que estaban algo enojados porque las etiquetas estaban escritas a mano y que alguien había llevado unas flores hediondas y que le había dado alergia y se había pasado estornudando toda la noche y que entonces se pasó la mayor parte de la noche afuera, hasta que al final decidieron botar las flores. Que nadie había vendido, pero que la gente tomó
fotos de las obras y fotos con las artistas para ponerlas en
facebook, al estilo, selfie con amiga artista. Estaba contenta, pero
a la vez algo decepcionada, ella pensaba vender, y le dije, ''que ingenua". Me dijo que le había quedado un mal sabor en la boca y yo
le dije. Bienvenida a Berlin. Pero luego pensé que seguramente era por la alergia a las flores. Ella con optimismo me dijo, por algún lado se empieza.
2 comentarios:
Asi de cruel es la vida para el que aspira a artista. Yo todavia pensando que puedo llegar a artista, con mis casi 40 años a cuestas. Uno se da cuenta de que ha sido la victima de una broma cruel que uno mismo se jugo.
Gracias por pasar y comentar, si definitivamente es un camino difícil, pero hay que valorar las cosas buenas y las malas que trae la experiencia en si....
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